PLANES DE AJEDREZ ESCOLAR EN OTRAS PARTES DEL MUNDO
El ajedrez es una auténtica mina de recursos para la enseñanza de las temidas matemáticas. En pocos juegos como este se trabajan tantos aspectos relacionados con esta materia. Geometría, coordenadas, lógica, nociones espaciales múltiples, ecuaciones y un largo etcétera de contenidos se pueden aprender sobre un tablero de ajedrez y de forma lúdica. De su aporte académico se han dado cuenta hace tiempo las escuelas, que lo están introduciendo en sus aulas no tanto para forjar a futuros campeones mundiales sino como una herramienta “motivadora” para el estudio. Y no solo para las matemáticas, sino también para el lenguaje, según los expertos. Y aunque parezca mentira a través de este juego también se aprenden valores como la paciencia, el silencio, la concentración o la empatía.
Pero, ¿qué relación existe entre el ajedrez y las matemáticas? Mónica Paniagua, profesora del CEIP Santa Bárbara de Guijo de Santa Bárbara (Cáceres) y autora del estudio La influencia del ajedrez en los procesos cognitivos explica que es un juego de estrategia en el que el jugador aplica conocimientos matemáticos relacionados con la geometría (el jugador ha de tener claro el movimiento de la piezas), la probabilidad (debe anticiparse y calcular la multitud de jugadas que su oponente podría realizar ante una determinada situación en el tablero), la aritmética (cada una de las piezas posee un valor numérico que ha de ser tenido en cuenta cuando se decide capturar), la orientación espacio-temporal (para la consecución del objetivo final que es dar jaque-mate al rey)…
El Observatori d’Escacs i Educació, nacido en la Universitat de Girona para fomentar la práctica de esta disciplina en horario lectivo en el aula, ha participado en un programa europeo Erasmus + junto con entidades de Portugal, Reino Unido y Eslovaquia para reforzar esta materia en la escuela desde primaria con una guía que incluye hasta 50 ejercicios matemáticos que se pueden aprender sobre un tablero. “El ajedrez es una herramienta motivadora, un juego al que le puedes sacar mucho jugo matemático: los niños ejercitan la mente sin saberlo, prestan más atención y aprenden mejor”, explica la presidenta del Observatori Escacs i Educació, Carme Saurina.
El matemático y presidente del Club de Escacs Gerunda Josep Serra subraya que existen muchos paralelismos entre jugar una partida y resolver un problema. “Cuando intentas resolver un enunciado matemático, primero lees bien qué dice, piensas qué te pide y luego ejecutas el problema; en el ajedrez el mecanismo es exactamente el mismo”, afirma. Así el jugador durante una partida está resolviendo problemas constantemente y trabajando el razonamiento lógico también en cada momento.
Jaume Mundet, desde su experiencia como profesor de ajedrez, constata que aquellos niños que se concentran y disfrutan jugando a ajedrez tienen mejores resultados académicos. Más allá de la resolución de problemas, explica que también se ejercita el cálculo mental y otras habilidades sociales como la capacidad de saber ganar o perder y de relacionarse con los demás.
Desde el año 2012 Serra forma a maestros y profesores para que incorporen el ajedrez en sus clases gracias al programa “Escacs a l’escola”. Una iniciativa que cuenta con el respaldo de la UdG, la Universitat de Lleida, el departamento de Educación de la Generalitat, la Federación Catalana de Ajedrez. Más de 400 centros educativos de Catalunya, la mayoría de primaria, se están formando en el conocimiento mínimo de este deporte que luego aplican en sus aulas y en cualquier materia: desde geografía o historia, pasando por lengua o matemáticas.
En centros educativos como el FEDAC Sant Narcís, de Girona los docentes de primero a sexto de primaria lo han introducido desde 2013 como herramienta educativa en sus aulas. Los más pequeños se empiezan a familiarizar con el tablero a través de ejercicios de psicomotricidad (aprenden conceptos como delante, detrás, izquierda, derecha, horizontal, vertical, diagonal…) y entran en contacto con las piezas a partir de cuentos o títeres. Los mayores pueden llegar a aprender conceptos como paralelos y meridianos a partir del lugar donde han nacido algunos de los campeones mundiales de ajedrez o descubren sinónimos y antónimos escondidos en un tablero.
El maestro Ramón Pérez ha notado entre sus alumnos cambios significativos desde que imparte la materia. En algunos, algo tan básico como aprender a estar quietos y a no actuar por impulsos. Y en otros, ha apreciado un aumento de su autoestima y una mejora de la comprensión lectora. “En ajedrez, antes de realizar una jugada, debes anticiparte y saber qué puede hacer tu contrincante, realizas un trabajo visual y memorístico importante, algo que ocurre también en la comprensión lectora”, afirma.
También en el CEIP Santa Bárbara de Guijo de Santa Bárbara utilizan el ajedrez como proyecto pedagógico. “El ajedrez mejora también la aceptación de normas y la empatía, el respeto hacia los compañeros y por supuesto la autocrítica, porque el jugador deber reconocer sus errores en sus movimientos y plantearse jugadas que podría haber hecho que hubieran mejorado su juego”, explica su directora Mónica Paniagua.
Y al introducir este deporte en el aula también se observa que más niños se interesan por el ajedrez como actividad extraescolar. Las fichas federativas en clubes de ajedrez de niños menores de 12 años en Catalunya han crecido un 20% desde que se implantó el programa Escacs i Escola.
Gracias a una profunda lucha de muchos años hoy la Ciudad de Buenos Aires tiene uno de los planes de ajedrez escolar mejor organizados del mundo.
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